martes, 17 de octubre de 2017

PREMIO SOLIDARIO WORKANDLIFE: testimonio de Nínivet Moreno Pérez, voluntaria de WorkandLife en Meki


Nínivet Moreno es educadora de la Escuela Infantil Hospital Rey Juan Carlos gestionada por Work&Life
Viajó con la Fundación Pablo Horstmann como voluntaria del Orfanato y de la Guardería de Meki durante el verano de 2017.


 LA ELASTICIDAD DEL CORAZÓN


 Nadie te dice que tendrás la misma cantidad de miedo que de ilusión a tu llegada, ni que estas a punto de salir de tu zona de confort para tirarte al vacío.
 
La gente no te cuenta que te vas a embarcar en una montaña rusa de emociones no apta para cardiacos, en la que unos días estarás arriba de pura felicidad y en la que otra bajarás a los infiernos.

A una no le dicen que es un grano de arena en ese basto desierto, pero que sin esa aportación nada sería igual, hacen falta manos y las tuyas, aunque se te antojan pequeñas son igualmente necesarias.

Nadie te dice que te vas a enamorar, del país, de su gente, de sus aromas, de su belleza, porque África se te mete bien dentro nada más llegar y ya no te suelta incluso cuando ya has regresado a casa.


No te preparan para todo lo que veras, que será mucho, la realidad a veces te entra tan de golpe que no estás preparado para asimilarla, uno llega a avergonzarse de haber nacido en la cara amable de la vida, el mundo a veces se paraliza y otras en cambio se tambalea.

Allí los relojes carecen de sentido si no es para pararlos y escuchar un rato más las historias de las personas con las que compartes el día.

Nadie te dice que crecerás como ser humano, que respetar te hará más sabio, más paciente, porque la vida a veces no hace concesiones y solo nos da una oportunidad.

Verás sonrisas que astillan las penas, tendrás todos los continentes en un bolsillo después de un abrazo, Meki cambia vidas, pero no destinos.

Finalmente conocerás la elasticidad del corazón, porque a lo largo del camino se te habrá encogido en ocasiones ante tus ojos (la vida allí es dura) y, sin embargo, otras se te ensanchará de pura gratitud, de felicidad porque sabes que tu gota, aunque diminuta, permanecerá en el océano de memorias de aquellas personas que te regalaron su tiempo, de las que aprendiste a vivir, de las que te despides físicamente pero no emocionalmente y que saben que en otra parte del mundo, tú piensas en ellos y no olvidas las lecciones que te han dado.


Así pues, pasen y vean señores, porque el mundo no queda tan lejos como creemos y debemos intentar acercarnos más, el mundo siempre merece la pena verlo porque nos hace más inteligentes, más conscientes, más humanos, en definitiva, más vivo.